Argentina y España: parecidos pero muy diferentes

Al ser dos países en los que se habla el mismo idioma, se tiene un paso muy importante dado respecto a la adaptación a un nuevo lugar. Sin embargo, al realizarse una encuesta entre argentinos que residen en España, coinciden en que hay diferencias muy claras entre ambos lugares:

1. En primer lugar, coincidieron en que, al salir por la noche en Argentina, ya sea a una bar o boliche, uno no se puede desligar en ningún momento de sus pertenencias porque se las llevan. Es impensable dejar en cualquier lado abrigos o la cartera. En Europa, sin embargo, es común dejar los abrigos o bolsos en una esquina del boliche sin tener que pagar ningún tipo de dinero extra por un guardarropa. Al final de la noche se está más cómodo sin ningún abrigo encima y con la garantía y tranquilidad de que a la hora de irse van a estar en el mismo lugar en donde se las dejo.
2. En España y el resto de Europa, siempre que se quiera cambiar algo que se compró te devolverán el dinero o te dejan cambiarlo. En toda la Unión Europea si se solicita el cambio o devolución de un producto que se consumió porque está defectuoso o simplemente no gusta se debe devolver el dinero, hacer un descuento o un cambio sin ningún tipo de cuestionamiento al cliente. En Argentina a veces los obstáculos y las transacciones de cambio son más burocráticas y más complejas, por ejemplo, es casi imposible contemplar la devolución de dinero en ningún lugar.
3. La diferencia abismal que se reflejas en los índices de seguridad y hacen un contraste entre Europa y Argentina se perciben todos los días. Los encuestados manifestaron que en España pueden circular tranquilamente por las calles, o ingresar a sus viviendas sin miedo a ser abordados por un malhechor.
4. Por último, los argentinos encuestados manifestaron que les llamó poderosamente la atención cómo los españoles cuidan su bolsillo. Si bien España es de una de las economías más importantes de la Unión Europea, los españoles escatiman en gastos. Aunque no sea un país en crisis (la tasa de desempleo es alta) los jóvenes y adultos cuidan su bolsillo y no se dan esos "lujos" de día a día que un europeo podría darse.